sábado, 24 de octubre de 2015

PRIMER CURSILLO EN AMERICA Y PRIMERO DE MUJERES EN EL MUNDO

Los Cursillos del Movimiento de Cursillos de Cristiandad en Colombia, han quedado en la historia como los primeros que se implementaron en América Latina y el resto del mundo a excepción de España. 

El primer país que recibió el MCC fue Colombia, a través de la AC. En este país se celebra el primer Cursillo fuera de España, que además fue el primer Cursillo de Mujeres (1953).

El Primer cursillo de damas, fue realizado en el mes de junio de 1953 en la hacienda “Las Mercedes” de la familia Villamizar de Zipaquirá, Cundinamarca.

Su Director Espiritual y Rector de aquel Cursillo fue el Padre Rafael Sarmiento, las cursillistas que asistieron fueron: Cecilia Danies Lacouture, Emma Forero Diago, Margarita Tovar, Elvira Herrera, Leonor Ospina, Lucia Villamizar, Isabel Moreno, Ines Cuervo, Isabel Bayona, Sofia Helena Jaramillo, Graciela Lemaitre, Anita Torres, Olga Galindo, Isabel Pinilla, Carmen Rosa Lopez y Amalia Samper. 


Reproducimos el testimonio del Cursillo Uno de Mujeres, realizada por la Cursillista Emma Forero Diago: 

No hay palabras para expresar la profundo alegría y emoción que experimento al estar después de tanto tiempo, en esta Ultreya Nacional del Movimiento de Cursillos de Cristiandad, cursillistas que hoy estoy conociendo y que vienen a ser el testimonio vivo, de una semilla que sembró en nuestros corazones, el Delegado para la Acción Católica, el Padre RAFAEL SARMIENTO PERALTA, después Obispo de Ocaña y luego Arzobispo de Pamplona. El inició con 15 jovencitas el PRIMER CURSILLO DE CRISTIANDAD, traído de PALMA DE MALLORCA, lugar donde estas experiencias se hacían exclusivamente para hombres, sin embargo gracias a la Divina Providencia, a la insistencia de CECILIA DANIS Y MARGARITA TOVAR, Presidenta y Secretaria de la Acción Católica, el Padre SARMIENTO accedió a hacer el PRIMER CURSILLO, al que tuve la gracia de pertenecer.

Se realizó en la Hacienda “Las Mercedes” de Zipaquirá, resultó ser algo prodigioso, que marcó para siempre, tanto mi vida como las de mis compañeras, porque allí ocurrió el Encuentro maravilloso con el AMO, al que todas respondimos, con interés y entusiasmo.

Fueron tres días maravillosos y muy especiales. En las mañanas asistíamos a la celebración Eucarística, desayunábamos, luego pasamos a la Sala de Rollos: cinco diarios, el último día 4; el resto de día se repartía en intercambio de ideas, labor de Pasillo, charlas, recreación, cantos y espacios para lo Oración y Meditación.

Desde el Primer Rollo me sentí interesada. Eran palabras sencillas pero reveladoras, de un Ideal factible de alcanzar, de una perfección a lo que se debía aspirar y de la responsabilidad de propender por un mundo mejor.

Ideas, formas de actuar, que aunque conocidas paro mí solo hasta ese entonces, me fue permitido apreciarlas en toda su importancia y valor. Se enfatizó sobre el hecho de que cada ser humano, es único, exclusivo, distinto, insustituible, dotado de un gran potencial extraordinario e inmensamente valioso que debe desarrollar, porque ese potencial interior lo hace único e irrepetible: Razón por la cual, estos dones especiales que son un regalo de Dios, se deben poner al servicio del Plan de Dios para el que fuimos creados.

No hay argumento alguno que sea válido, para convertirnos en simples espectadores de la vida, dejando la oportunidad de hacer de ella algo provechoso, bello y pleno de interés. Todos debemos contribuir a la construcción de un mundo mejor en el que reine la paz, la felicidad, el amor. Solo se dispone de una vida para realizar los planes del Supremo Hacedor. Si ponemos en Él toda nuestra fe y confianza, estaremos seguros de alcanzar las metas propuestos.
Tengo, además algo que ha llamado mi atención: el Cursillo se programa como tres días para recibir, pero en ello se obtiene tal acopio de Gracias, generosidad espiritual y deseo de servir, que pasado el tiempo, la existencia parece corta para realizar todo lo que se anhela.
Frases que tanto se oían y repetían como: “En Gracia y porque se puede”, “Yo solo creo, Cristo y yo, mayoría aplastante”, “Más vale quemarnos por Cristo, que oxidarnos por nada”, y otras son un apoyo a través del tiempo.

Recuerdo que el último día del Cursillo Monseñor SARMIENTO PERALTA entregó a cada una de las presentes un Crucifijo diciendo: “Cristo cuenta contigo”. En muchos momentos de mi vida, esta frase ha sido impulso que me ha llevado hacia delante, por eso hoy quiero repetir ante ustedes la ferviente acción de gracias que elevé al AMO por haberme escogido.

Señor desde lo más profundo de mi alma quiero agradecerte, la especial deferencia que has tenido para conmigo al invitarme a éste Primer Cursillo. ¿Qué más puedo pedirte a Ti que tanto me has dado con mano generosa? Me diste la vida, me diste ojos para que brillaran de alegría y se humedecieron de lágrimas, me diste el espíritu para abarcar la grandeza de tus Obras y conocerte, me diste la Fe, me diste la Esperanza, me diste el Amor…

Bendito seas Señor.

Emma Forero Diago

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